Una relación sana es aquella en la que todas las personas involucradas ponen de su parte para que las cosas sean felices, respetuosas, solidarias y justas. En las relaciones sanas, las personas implicadas comparten el poder y la responsabilidad en lugar de intentar conseguir o mantener todo o la mayor parte para sí mismas/os.

En una relación sana, cada una/o pone de su parte. Eso es gran parte de lo que hace que las relaciones sean un «nosotras/os» y no sólo un «yo» o un «tú».

Las relaciones en las que cada persona no hace un verdadero esfuerzo por hacer su parte para que las cosas sean funcionen suelen ser poco saludables.

¿Qué hacemos en las relaciones sanas?

En las relaciones sanas…

• Nos comunicamos.?️ Decimos honestamente lo que queremos, necesitamos y sentimos. Escuchamos lo que la otra persona dice que quiere, necesita y siente. A medida que la relación crece y cambia, seguimos hablando abiertamente tanto de las cosas buenas como de las difíciles. Cuando hay un conflicto, lo resolvemos de forma amable, cariñosa y respetuosa, hablando desde el respeto. Nos centramos en el problema y en el cuidado del otro en lugar de «ganar» una discusión o una pelea.
• Respetamos los límites. ? Los límites son las líneas invisibles que trazamos entre nosotros y otras personas para tener el espacio que necesitamos para ser nosotras/os mismas/os, separados de la relación. En una relación sana, las personas respetan los límites del otro. Nadie presiona ni intenta romper los límites de nadie.
• No nos precipitamos. ?? Una nueva relación puede hacernos felices, pero tenemos que ir despacio con las cosas importantes, como comprometernos o llegar a acuerdos con el otro, o cambiar nuestras vidas en gran medida por la relación. Eso significa no presionar ni tomar ninguna decisión importante cuando sólo llevamos unos días, semanas o meses de relación.
• Somos flexibles. ?‍♀️Entendemos que las personas, incluidas/os nosotras/os mismas/os, cambian. Eso significa que las relaciones también suelen cambiar, tanto en lo pequeño como en lo grande, y lo aceptamos.
• Cada una/o de nosotras/os puede ser su propia persona. Tenemos vidas e intereses fuera de la relación. Esto incluye tener otros vínculos que valoramos, como amigas/os o. familiares. No deberíamos depende de una relación ni deberíamos pedir que nos dé todo lo que queremos y necesitamos. También debemos entender que no podemos controlar a nuestra pareja ni hacer que sea como nosotras/os queremos.
• Confiamos en la otra persona. ?? Cuando confiamos, creemos en sus sentimientos y acciones. Sentimos que nuestros pensamientos y sentimientos privados están a salvo con la otra persona. Sentimos que podemos depender el uno del otro en los momentos difíciles. Aceptamos que no podemos saber lo que otra persona hace cada minuto de cada día y no deberíamos necesitar saberlo cuando confiamos en ella/él. Si sentimos desconfianza, trabajamos para construir la confianza en lugar de buscar el control.
• Somos iguales. ⚖️ Ser iguales significa que tenemos la misma cantidad de voz e influencia en una relación. Tomamos de manera conjunta las decisiones grandes ya que una persona no debería tomar todas las decisiones en la relación. Además, nadie debería usar su poder para hacer cosas en la relación que la otra persona no quiere o no ha aceptado.
• Estamos seguros. ? Nadie debe sentirse insegura/o emocional, física o sexualmente en una relación por lo que nadie debería ser insultada/o o menospreciada/o, acosada/o, acechada/o o controlada/o emocionalmente de otras maneras.
• Nos preocupamos por la otra persona.❤️‍? Cada una/o quiere que la otra persona se sienta segura, feliz y comprendida en la relación. Si alguien se siente asustada/o, infeliz o estresada/o por la relación, lo tomamos como una señal de que algo tiene que cambiar.

Las relaciones sanas suelen ser buenas. Todo el mundo en una relación sana se sentirá bien dentro de ella la mayor parte del tiempo.

Escrito por:
Deborah Kern
Bachiller en Comunicación para el Desarrollo por la Pontificia Universidad Católica del Perú