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Sobre el Vaginismo

Edad sugerida: 15 años a +

El vaginismo es una condición médica en la que los músculos de la vagina se contraen involuntariamente haciendo que la penetración sea difícil, dolorosa o totalmente imposible. Recuerda que la vagina es un músculo, por lo que no debería sorprenderte que cuando se aprieta, lo haga con mucha fuerza. Se calcula que entre el 1 y el 7% de las personas del mundo tienen vaginismo. Suele aplicarse ÚNICAMENTE al coito o a la penetración vaginal. La mayoría de las personas que padecen esta afección no son anorgásmicas (incapaces de llegar al orgasmo), ni tampoco son incapaces de participar y disfrutar de un sinfín de otras actividades sexuales. La mayoría puede llegar al orgasmo libremente y tener una gran satisfacción sexual siempre que no haya coito. En otras palabras, no se debe suponer que las personas que padecen vaginismo sean asexuadas o disfuncionales sexualmente.

Tomemos por ejemplo nuestra boca. En estado de reposo, nuestros labios los mantienen protegidos, pero si queremos meter algo dentro, nuestra boca suele responder relajándose y abriéndose. No hay problema. ¿No es así? Pero hay momento donde algunas cosas que no entran, pero no porque nuestra boca no se abra, sino porque no se puede abrir tanto, especialmente si nos duelen las mandíbulas o tengamos los labios agrietados. 

Imaginemos por un momento que nuestra boca es nuestra vagina con vaginismo, entonces no podría entrar nada dentro o al menos no algunas cosas. Sabemos que la vagina se mantendría cerrada y seguramente va a doler si tratamos de que sea penetrada.

¿Existe una causa conocida?

La causa es dada por una respuesta del sistema límbico hacia la penetración que activa la tensión de los músculos vaginales. 

El sistema límbico, también conocido como la parte del cerebro que siente y reacciona, controla las funciones necesarias para la autoconservación. Entre las muchas responsabilidades del sistema, está la de interpretar los acontecimientos y las protecciones corporales para que las emociones y la memoria desencadenen las reacciones corporales necesarias. La mente y el cuerpo pueden tener una visión negativa de diferentes formas de penetración que desencadenan una reacción física como esta.

Síntomas clave

  • Penetración difícil o imposible, dolor de entrada, inserción incómoda del pene
  • Ardor o escozor con opresión durante las relaciones sexuales
  • Dificultad para introducir tampones, incluso después de repetidos intentos
  • Dificultad para someterse a un examen pélvico/ginecológico con espéculo
  • Evitar el coito por miedo, dolor o fracaso

Ciclo del dolor 

  • El sistema límbico hace sonar una alarma interna, alertando al cuerpo de un posible dolor. Una vez activada, el cuerpo tensa automáticamente los músculos vaginales, preparándose para protegerse del daño.
  • El sexo se vuelve incómodo o doloroso, y la entrada puede ser más difícil o imposible dependiendo de la gravedad de este estado de tensión.
  • Los intentos sexuales adicionales provocan malestar, lo que refuerza aún más la respuesta del sistema límbico para que se intensifique más.
  • El cuerpo experimenta un aumento del dolor y reacciona apretando más de forma continuada, afianzando aún más esta respuesta y creando un ciclo de dolor de vaginismo.

¿Existe tratamiento? 

La buena noticia es que sí existe. Esta reacción asociativa puede cambiarse mediante el entrenamiento de la mente y el cuerpo, para la resolución completa del vaginismo.

Consejos:

  1. Haz el ejercicio de tomar un papel y escribir lo que sientes. ¿Qué piensas/sientes sobre tu dieta, tu vida sexual, tu pareja, tus miedos?
  2. Conversa con tu pareja sexual sobre lo que está ocurriendo. De pronto, pueden ayudarse mutuamente.
  3. Busca un médico de confianza para poder conversar sobre este tema.
    1. Al acudir a un médico, antes de realizar el chequeo, habla con el/la doctor/a la forma de hacer las cosas para que estes más cómoda.

Escrito por:
Deborah Kern

Bachiller en Comunicación para el Desarrollo por la Pontificia Universidad Católica del Perú.